Las bañeras exentas son las auténticas protagonistas del baño. No solo acaparan todas las miradas si no, que son objeto de deseo para todo aquel que se halle ante ellas. Este tipo de bañeras destaca porque no van encastradas en ninguna pared o esquina. Por eso también se las llama bañeras independientes o en isla.
Un aseo con bañera exenta es mucho más que un baño de lujo. Significa tener en casa un spa, o lo que es lo mismo, un lugar de bienestar, desconexión y placer.

Un poco de historia sobre las bañeras

Aunque tener un baño tal y como lo conocemos hoy en día es algo relativamente moderno (apenas 150 años), se tiene constancia de que los griegos ya disfrutaban de la bañera hace más de 3.500 años. De hecho, en la isla griega de Creta se puede visitar el Palacio de Knossos, famoso no solo por albergar el laberinto del Minotauro, sino por tener en el baño de la reina la bañera más antigua que se conserva. Y no es tan distinta a las de ahora.
Las primeras bañeras no tenían la misma forma que las actuales y con el paso de los siglos han cambiado a menudo de materiales, de diseño y de uso. Las bañeras han sido redondas, alargadas, de terracota, piedra pulida, madera, mármol e incluso de plata.

Mientras que griegos y romanos las adoraban (estos últimos son los creadores de las famosas termas), en la Edad Media no supieron apreciar su valor higiénico y relajante. Así que poco a poco fueron cayendo en desuso para la mayoría de la población.

La primera bañera exenta fue obra de Level, un maestro calderero parisino de finales del siglo XVIII. Era una bañera ergonómica, alargada y acompañada de una estufa. El problema era que al ser de cobre resultaba muy costosa, así que no fue hasta unos años más tarde cuando se empezó a dar una capa de barniz a la chapa, economizando su coste. Posteriormente se fue puliendo la técnica: el esmalte sustituyó al barniz y luego se optó por el zinc. A finales del siglo XIX las bañeras exentas ya eran de hierro fundido esmaltado, de zinc y cobre o de granito y porcelana.

Pero no fue hasta principios de siglo XX cuando empezaron a marcar tendencia y se pusieron de moda entre la burguesía y nobleza. Sin embargo, las bañeras exentas, que estaban hechas de una sola pieza en hierro fundido y recubiertas con cerámica esmaltada poco a poco fueron cayendo en desuso. Debido a las dos Guerras Mundiales el precio del hierro se encareció de forma considerable, y prácticamente, se dejaron de comercializar.

Cómo decorar un baño con bañera exenta

Las bañeras exentas dotan al baño de elegancia y distinción (aquí puedes leer ideas de diseño para dormitorios con baño abierto). Si algo está claro es que se convertirá en el elemento protagonista de la estancia, sobre todo si la colocas en el centro, como si fuese una isla en medio de un oasis de bienestar.
Si tu baño no ostenta todo el espacio deseado lo mejor es colocar la bañera cerca de la pared, pero sin que quede pegada. La luz natural y las vistas del paisaje añadirán amplitud al ambiente y convertirán tu baño en un auténtico lugar paradisíaco al colocar la bañera junto a la ventana.

A nivel decorativo no hay que olvidarse de los accesorios como la grifería o el resto de mobiliario, elementos auxiliares e incluso el pavimento. Combinando estos elementos con la bañera puedes conseguir el estilo que quieres. Y es que tener una bañera exenta es la clave para un baño más espacioso sin hacer reformas.

Tipos de bañeras exentas

Existen tantas bañeras exentas como estilos decorativos para nuestro baño. Ya sean diseños antiguos, más vintage o bañeras de cortes simples y minimalistas, las piezas exentas destacan por su fuerza decorativa.

Icono del estilo barroco y rococó, hoy en día están en auge y no solo eso, tener una bañera exenta hace que tu casa se revalorice ya que son un símbolo de lujo y exclusividad, además de ofrecer relax y bienestar.

Materiales con los que se diseñan

Las bañeras de estilo más clásico suelen ser de hierro fundido, en cambio las bañeras de acero esmaltado con patas añaden un ambiente romántico. Aún así, ambos tipos de bañera tienen en común su gran capacidad de aislamiento térmico, y, por lo tanto, permiten disfrutar durante más tiempo de un relajante baño, puesto que mantiene la temperatura del agua.

Otro tipo de bañeras exentas son las que presentan un diseño minimalista, con líneas depuradas y sencillas, y suelen ser de resina y de polvo mineral. Estos materiales dotan a la bañera de un acabado agradable y cálido.

También encontrarás bañeras exentas de microcemento, con aires industriales, de cobre, de zinc o incluso de madera, como las japonesas.

Ventajas e inconvenientes

Probablemente casi todo el mundo desearía tener una bañera exenta en su baño. No solo por la elegancia que imponen a la estancia, sino porque en el imaginario colectivo ofrecen un valor intangible. Se erigen como templos de bienestar. Un lugar donde el estrés no tiene cabida.
No se sabe cómo era la bañera de Arquímedes, aquella que resultó ser clave para que el científico griego descubriera la ley física que hoy lleva su nombre. Pero hoy en día seguro que sería una bañera exenta.
Sin embargo, cabe destacar que no todo el mundo puede gozar de una bañera exenta. Si el baño no tiene demasiado espacio todo lo que aporta una bañera exenta (elegancia, bienestar, relajación…) puede desaparecer.

La razón es simple: es un elemento de gran peso visual que necesita “aire” para que respire. Por ejemplo, que a su alrededor haya como mínimo 90 cm libres. Si no, el efecto puede ser contraproducente y convertir el baño en un lugar cargante y estresante.
Otro elemento a tener en cuenta es que la instalación debe hacerse bien. Y no porque sea difícil sino porque hay que tener en cuenta que los desagües quedarán a la vista, igual que las tomas de agua. Así que cualquier imperfección a la hora de realizar la instalación también quedará expuesta.
Si lo que buscas es funcionalidad y practicidad entonces una bañera exenta, pero si no tienes posibilidad de tener una ducha en el baño, no es la solución.
Sin embargo, las ventajas de tener una bañera exenta también son múltiples:

  • Valor intangible: la sensación de tener un baño de lujo está asegurada con la presencia de una bañera exenta.
  • Fácil instalación: si bien es cierto que la instalación debe hacerse cuidando hasta el más mínimo detalle, a nivel técnico es fácil. Además, se pueden colocar sobre cualquier tipo de pavimento.
  • Mantienen el calor superficial.
  • Son muy agradables al tacto.
  • No solo en el baño: puedes instalarlas en el dormitorio, en el jardín o incluso en la terraza.
  • Puedes elegir la que mejor se adapte a tu estilo decorativo.

Y en Gilmar te podemos ayudar a convertir el baño de tus sueños en una realidad gracias a nuestro equipo de interioristas, técnicos y arquitectos que pueden ofrecerte una solución a medida.

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