En GILMAR creemos en las personas, confiamos en fomentar un entorno motivador donde todo el equipo pueda crecer y desarrollarse.
Sabemos que todas las personas que forman parte de la compañía son la clave de este negocio.
Por eso queremos hacerles un reconocimiento especial en GILMAR Inside. Este mes queremos que conozcáis a Vega Pulido, del equipo financiero de GILMAR.
Índice
¿Qué te motivó entrar en GILMAR y cómo recuerdas aquellos primeros años?
Era el año 1983 y, a través de una demanda de empleo del INEM, fui seleccionada para formar parte de GILMAR, empresa inmobiliaria de viviendas de alto standing.
Aquellos primeros años estuvieron cargados de aprendizaje, motivación y un gran reto por delante. Estaba todo por hacer y descubrir, las ganas del pequeño equipo que estábamos en la oficina de Goya eran espectaculares. Luchábamos cada operación hasta dejarnos la piel, hay muchas anécdotas de esos momentos, por ejemplo, cuando un cliente no nos quería pagar y nos manifestábamos en la calle delante de su negocio. Las innumerables visitas que hacíamos para captar casas, los anuncios en prensa, sin medios porque no los había. Entonces era todo manual, desde la confección de las fichas de las viviendas en venta, como estar pegado al teléfono de la oficina que era el canal principal para conseguir clientes e ir haciendo una buena cartera.
De la mano de Jesús Gil y de Manuel Marrón el proyecto GILMAR iba tomando forma y mi presencia aportaba los conocimientos adquiridos tanto por mi formación como por el bagaje que traía de mi experiencia profesional, aunque era muy joven (23 años). Confiaba en contribuir a que GILMAR creciera, el trabajo me entusiasmaba y la conexión con todos los compañeros era perfecta.
Recuerdo con mucha emoción mis primeros días de trabajo, en un ambiente familiar maravilloso, con una bienvenida entrañable por los comerciales a los que daba soporte. Un solo equipo en Goya, 47 lleno de proyectos y creando los cimientos de lo que hoy es esta gran empresa.
Empezaste como secretaria y hoy formas parte del equipo financiero. ¿Cómo ha sido ese recorrido profesional dentro de la compañía?
Los recuerdos me llevan aquellos primeros momentos y al despegue de GILMAR inaugurando nuevas oficinas en 1983. También a 1986, cuando llega la primera gran oficina con un equipo de comerciales en el centro comercial El Boulevar de La Moraleja, y para abrir esta oficina, los jefes me piden que me traslade a ella para seguir con el trabajo que se había comenzado en Goya, con un equipo prácticamente nuevo y con el firme propósito de triunfar. Fue un acierto total.
Volví a Goya por poco tiempo….Regresé a la oficina de La Moraleja hasta que me ofrecieron un nuevo proyecto siempre dentro del grupo pero fuera de GILMAR. Me enfrentaba a un nuevo rol, un nuevo reto y mucho aprendizaje. En este nuevo reto permanecí 15 años para liderar otro nuevo reto, en el que estuve 12 años.
En el 2020 en plena pandemia, con tristezas personales y profesionales le dimos una nueva vida al negocio, lo alquilamos y los jefes me preguntan dónde quiero seguir trabajando. No lo dudo, quiero volver a GILMAR, quiero volver a la sexta. En el ocaso de mi vida laboral quiero volver a Goya, 47, a mi oficina, mi feudo, quizás la oficina de la que nunca debía de haber salido. Era lo que quería y deseaba. Me daba igual el puesto de trabajo, el nuevo rol, el nuevo reto, el nuevo aprendizaje.
Entre Jesús, Manolo y Antonio García deciden que mi nuevo puesto de trabajo sería en el departamento financiero, en este departamento al que estuve ligada en los primeros años, con Antonio, con el que me unía un lazo estrecho y que nos conocíamos perfectamente, desde la distancia de otras empresas, siempre tuvimos un nexo profesional muy cercano. Era mi sitio, en 1986 entré en esta oficina siendo la más joven, llena de ilusiones y entusiasmo, en el 2020 volví a entrar, siendo la más mayor y llena de las mismas ilusiones y entusiasmo. Completamente FELIZ.
Es un compromiso diario tratar con todos los jóvenes que me rodean y aprender de ellos. Es un lujo estar en GILMAR, como es un lujo seguir aprendiendo cada día. Muchas veces pienso y reflexiono sobre mi labor en esta oficina, en esta empresa y en como seguir ayudando, aportando con mi trabajo y mi experiencia. Creo que todavía puedo aportar algo valioso y el papel que tengo encomendado me abre las puertas para que pueda estar en contacto con todo el grupo.
¿Cuales han sido los principales cambios que has visto en GILMAR a lo largo de los años?
El cambio es enorme. Comentaba anteriormente que formé parte de los cimientos de GILMAR y hoy formo parte de esta gran empresa, ya consolidada. Empezamos trabajando con papel y lápiz y hemos sabido evolucionar utilizando herramientas tecnológicas de última generación. Lo más importante es que la esencia de esta empresa, de esta gran familia, sigue intacta. Ha evolucionado sabiendo de dónde venimos y sabiendo hacia dónde quiere ir.
GILMAR, en 42 años, ha cambiado para ir adecuándose a los nuevos tiempos. Hemos vivido momentos de transición favorables y momentos de crisis que nos han hecho mucho más fuertes. Se ha ido construyendo una gran empresa con un selecto elenco de profesionales en las distintas áreas, y se han creado departamentos nuevos para realizar los cambios necesarios y fundamentales para seguir creciendo.
¿Podrías compartir algún momento especialmente dulce que hayas vivido en tu trayectoria dentro de la empresa?
No soy capaz de elegir un solo día porque son muchos los recuerdos dulces que tengo en mi cabeza, pero como diría un compañero el momento más dulce, está por venir…por decir alguno:
Momentos de diversión con los compañeros como si fueran los mejores amigos, saliendo de fiesta después del trabajo a bailar sevillanas, tomar clases de sevillanas con una profesora para ser los mejores. Fletar un autobús y presentarnos en Huelva, en El Rocío a la aventura. Reírnos hasta hartarnos.
Preparar tantas entregas de premios vistiéndonos deprisa y corriendo en el baño de Goya.
Ayudar en la formación de los hijos de mis jefes en los primeros momentos de su vida en GILMAR. Todo un honor cuando me lo pidieron.
Que mi hija forme parte de esta familia maravillosa, de la que soy parte desde mucho antes que ella naciera. Poniendo en valor el ADN GILMAR que lleva en sus venas.
La vuelta a Goya y el recibimiento que me hicieron el primer día de trabajo, no lo podré olvidar.
El viaje a PUNTA CANA, en el 40 aniversario con la empresa en pleno… y seguiría enumerando momentos dulces.
¿Cuál ha sido el reto más difícil al que te has enfrentado profesionalmente en GILMAR?
Al igual que no puedo enumerar un momento dulce, es difícil enumerar el más difícil.
El dejar GILMAR, aunque fuera para montar una empresa dentro del grupo, fue duro. Pero mi espíritu de superación, la confianza de los jefes en mí y el crecimiento personal, han hecho que diera lo mejor de mí.
También ha sido difícil despedir a compañeros, unos por jubilación o enfermedad y otros porque nos dejaron para siempre.
¿Cómo ha evolucionado el departamento financiero desde que comenzaste hasta hoy?
El cambio ha sido extraordinario, de la mano de Antonio García se creó el departamento financiero. En el año que comenzamos solo estaba él al frente del departamento. Además de mi trabajo como secretaria, le daba apoyo en el crecimiento del departamento, ayudando en las labores más básicas. GILMAR crecía y el departamento también, se fueron contratando compañeros que siguen en la empresa. Somos el equipo, junto con el jurídico, más estable y con mucha experiencia en el tiempo.
A principios de este año se jubiló Antonio García y para su relevo se ha elegido a nuestro compañero, Gonzalo Galán. Es nuestro flamante director financiero, joven, preparado, con un compromiso excepcional con la empresa, formación técnica cualificada, líder y con una disposición y entrega fuera de dudas. La apuesta de la empresa por Gonzalo Galán es la apuesta por una persona que conoce la empresa desde dentro, él forma parte del ADN GILMAR, ha vivido y crecido con esta empresa ya que su padre, el Sr. Galán, fue parte muy importante en GILMAR como Arquitecto Técnico.
La transformación del departamento es un hecho y en los escasos seis meses de esta nueva etapa, compañeros de distintas oficinas nos han felicitado por el cambio de rumbo sin perder la esencia de GILMAR. Estamos en el mejor camino y en el mejor momento para crecer y poner en valor el trabajo que hace este departamento.
¿Qué valores crees que han permanecido inalterables en GILMAR y que define su esencia como empresa?
Los valores de GILMAR son los que se han mantenido en el tiempo, y han consolidado el éxito y la evolución de la empresa.
Destacaría como valores principales, el trabajo en equipo, lo vemos en los equipos de cada una de nuestras oficinas, cuando trabajamos al unísono somos más fuertes e invencibles.
La integridad, hacer el trabajo de forma escrupulosa, el trabajo bien hecho. No desviarnos nunca de nuestro principal objetivo.
El compromiso con cada persona, con cada cliente. No es solo el cumplimiento sino la implicación con cada proyecto. Acompañar a nuestro cliente hasta la firma de su casa, local, etc. y de cualquier necesidad después de la firma.
El respeto fuente principal de nuestra historia.
El compromiso con la modernización para mejorar todos los procesos y adaptarnos a los tiempos.
¿Cuál dirías que ha sido tu mayor aprendizaje trabajando aquí durante todos estos años?
Las personas. Las personas son el mayor aprendizaje que he tenido en todo este tiempo. Por encima de la empresa, de los resultados, estamos todos aquellos que hemos y somos capaces de llevar a esta empresa donde se encuentra. Jesús y Manolo nos han inculcado el valor de las personas, somos la gran familia GILMAR, esa familia que nos acompaña y nos acuna todos los días.
El logro más importante en todos estos años se basa en la confianza que han depositado Jesús y Manolo en mí, saber adaptarme a cada momento, y a mantener los valores de GILMAR.
El espíritu de superación en cada nuevo reto, rodearme de buenas personas durante todos estos años. Lo aprendido en todos los puestos que he estado, tan distinto y tan enriquecedor.
¿Qué consejo le darías a alguien que empieza hoy en GILMAR y aspira a crecer profesionalmente?
No sé si es un consejo, pero lo más importante es que sean ellos mismos, que escuchen, que observen y aprendan como es esta empresa, no es fácil, pero con constancia y buena disposición alcanzarán los objetivos deseados.
Cada uno formamos parte de un todo, no hay versos sueltos. Cuanto antes se adapten a la mecánica de GILMAR más pronto obtendrán resultados positivos. El esfuerzo, la constancia, la disciplina son ingredientes básicos para triunfar en esta empresa.
Mirando hacia atrás, ¿Con qué orgullo personal te quedas de tu paso por esta gran familia que es GILMAR?
Por haberme sabido adaptar a cada rol que me ha sido encomendado, y por la tenacidad, constancia y lucha que he tenido en cada momento. He dado todo lo mejor de mí con una implicación y abnegación difíciles de igualar, no por ser única sino porque “GILMAR soy yo”, esto que parece un ataque de soberbia, en realidad es un ataque DE AMOR a mi empresa, a lo que representa para mí y para mi familia. Oír hablar a mi marido y a mi hija de mi empresa han sido siempre el mayor orgullo, haberles transmitido mi sentir y mi compromiso.
Le he dedicado a mi trabajo tanto tiempo desde que entré, que jamás “se me cae el lápiz”, para mí el deber es el mejor aliciente para seguir en mi puesto de trabajo.
Cuéntanos algo de ti que no sepamos en GILMAR
No es fácil porque llevo tantos años en GILMAR que se sabe todo de mí, y seguro que si hay algo que no se conoce será porque no es relevante para mi trabajo. Lo que queda en el terreno más íntimo, más personal, se queda ahí.
Es posible que muchos de mis compañeros porque llevan poco tiempo en GILMAR no sepan que no siempre estuve en la sexta, ahora me conocerán un poco más y ya saben las razones de estar aquí. Goya, 47-6ª planta es además de mi lugar de trabajo mi hogar, el lugar donde quiero volver todos los días cuando me levanto.
El recuerdo de aquellos primeros meses en esta oficina es imborrable e inalterable en el tiempo.
Sigue atento a nuestro Blog y descubre la calidad humana de todas las personas que dan valor a GILMAR.