En Gilmar creemos en las personas, confiamos en fomentar un entorno motivador donde todo el equipo pueda crecer y desarrollarse.

Sabemos que todas las personas que forman parte de la compañía son la clave de este negocio. Por eso queremos hacerles un reconocimiento especial en Gilmar Inside.

Este mes queremos que conozcáis a Yolanda Oviedo Quiralte, consultora de Gilmar en Las Rozas.

Para conocerte un poco más, ¿de dónde vienes y a dónde vas?

Me llamo Yolanda Oviedo Quiralte, vengo de Barcelona y llegué a Madrid en el año 90. Por aquel entonces, nuestra España estaba en un momento poco estable y muy delicado en cuanto al mundo laboral. Venía de una empresa del sector alimenticio con buques propios, que se centraba en la exportación e importación de mariscos. Era la secretaria de dirección del jefe de ventas de la delegación de Barcelona.

¿Cuánto tiempo llevas en GILMAR? ¿Cómo empezaste?

Llegué a Madrid en el 90 y mi único objetivo era trabajar cuanto antes y vi un anuncio en el periódico ABC, “CONSULTING INMOBILIARIO GILMAR, necesita secretaria de dirección con vehículo propio para cubrir el puesto de las oficinas de Moraleja y Aravaca”. Hubo un proceso de selección del que seguro se acuerda Vega Pulido, que por entonces era la responsable de Recursos Humanos, si ese primer día si no había en las escaleras de Goya 47 más de 100 personas, no había ninguna. Y lo conseguí, me contrataron para la oficina de Aravaca.

Hice de esa oficina como mi propia casa, me sentí cómoda desde el primer momento y junto con Elena Ureña, la dos al timón, conseguimos que fuera una de las mejores oficinas y además con unas buenísimas producciones que nos permitieron realizar varios viajes de equipo por el mundo.

En estos años empecé de secretaria, después estuve al frente del departamento de alquileres de Majadahonda y ahora mismo mi cometido es la venta en Las Rozas.

¿Qué es lo que más te gusta de GILMAR?

Lo que más me gusta de GILMAR es que somos una familia compuesta por grandes profesionales, donde siempre estamos pendientes de que el cliente esté atendido y de escuchar sus necesidades, ayudando a vender o comprar su hogar. Con nuestra gestión queremos que el cliente se quede satisfecho para así conseguir ser recomendados a sus familiares y amigos, y sinceramente, creemos que lo conseguimos cada día, pues hemos estado a lo largo de los años conociendo a las nuevas generaciones.

¿Cómo ves el mercado residencial de segunda mano para el segundo semestre de 2024 en la zona de Las Rozas?

El mercado está con mucho movimiento, se vende muy rápido y sigue habiendo mucha demanda. Ahora mismo, tienen una gran responsabilidad nuestros equipos de captación, que es la parte más difícil de nuestro negocio, aunque en GILMAR lo tenemos más fácil por nuestros clientes de cartera y el buen recorrido que vamos dejando año tras año en cada operación, que, de hecho, las vivimos como si fueran nuestras.

¿Cuáles son las cualidades de un consultor inmobiliario?

Lo más importante para ser un buen agente inmobiliario es que te guste, que lo disfrutes, que cada día cuando llegues a tu oficina no sea la misma rutina, que sea siempre distinto; eso hace que se tenga fuerza e ilusión, al fin y al cabo, la venta es un estado de ánimo. No existe la suerte, es trabajo, ilusión y ambición de querer ser el mejor.  

Qué crees que diferencia a GILMAR del resto de propuestas del mercado inmobiliario

Los que componemos esta gran familia somos elegidos. No estamos aquí por casualidad, no hemos llegado por no tener opción en otras compañías. Los fundadores de esta casa, que es nuestra también, tanto Manuel Marrón como Jesús Gil, quieren que cada uno de nosotros estemos aquí acompañándolos en este camino de vida y negocio.

¿Qué retos tenéis por delante?

Mi gran reto es ser más feliz y día a día lo consigo, pues tengo la gran suerte de trabajar en lo que más me gusta y de encontrar diferentes personas de las que aprender. Pero sin duda, lo que más me gusta es cuando pasan los años y vuelvo a encontrarme a clientes que se acuerdan de mí, un “buenos días, Yolanda” para mí es un gran lujo. Llevo muchos años en GILMAR y estoy casi convencida que me quedaré hasta mi final laboral.

Sigue atento a nuestro Blog y descubre la calidad humana de todas las personas que dan valor a GILMAR.