Cuando conocimos la obra del artista Jaime Monge nos permitimos especular sobre cuál puede ser la conexión perfecta entre el arte y la forma en que cuidamos de nuestro hogar, más allá de ventanas artificiales a una escena o paisaje que nos lleve de viaje a un lugar mejor… Cuando contactamos con él, le invitamos a interpretar nuestro isotipo, esta imagen que conforma nuestra marca visible y que -después de 40 años de historia- recoge todos los valores que definen nuestra forma de ayudar a las personas a encontrar la casa de sus sueños.

Monge ha hecho suyo este símbolo de GILMAR Consulting Inmobiliario utilizando sus reconocidas figuras humanas. Según nos explica al presentarnos el resultado, “Vivimos en una sociedad en la que la diversidad está a la orden del día, y gracias a ello cada casa es única, con infinitas posibilidades. Solemos decir que las viviendas reflejan el alma de los propietarios, y es eso lo que hace que los espacios de una casa dejen de ser lienzos en blanco, inexpresivos, y se transformen en ritmos, colores y formas llenas de movimiento y de vida”.

Ahora, queremos compartir contigo el resultado.

El arte de Monge vuelve a lo básico, al uso de la forma humana como el principal medio de comunicación, y así consigue transmitir un mensaje universal y atemporal que trasciende más allá de las barreras lingüísticas y culturales. La reinterpretación del isotipo de GILMAR es una prueba de cómo la obra de Monge es capaz de comunicar un mensaje y una visión mucho más amplios que simplemente su técnica artística.

De la misma manera, en GILMAR Consulting Inmobiliario trabajamos con un enfoque único en la atención al cliente, buscando siempre la excelencia y la satisfacción de nuestros clientes. Entendemos que la búsqueda de una casa es una tarea muy personal, por eso nuestro primer objetivo es escuchar y entender las necesidades y deseos de cada cliente, así como aprovechar su experiencia para guiarlos en cada paso.

De este modo, la obra de Monge, que también nos ‘conecta’ con el recientemente fallecido, Juan Genovés, encaja a la perfección con los valores de GILMAR, proporcionando una perspectiva única sobre la importancia de cuidar y construir un hogar que refleje la personalidad y las necesidades de cada propietario. En resumen, la obra de Monge y GILMAR reflexiona sobre la belleza que se encuentra en la diversidad y la importancia de encontrar, cuidar y hacer cada día un poco más “hogar” ese espacio vital, personal y único.