La buena marcha del sector inmobiliario y su paulatina recuperación, sin duda, acarrea consecuencias positivas. Sin embargo, las renovadas energías que se están dejando notar en el sector residencial marcan los próximos retos que se van a tener que afrontaren este sector. Desde Gilmar, como empresa inmobiliaria, consideramos como uno de los principales desafíos a solventar la dificultad que actualmente tienen los jóvenes para emanciparse.

La llamada generación “millenial” es de las que más acaparan atención entre las empresas ligadas al sector residencial, pues el relevo generacional de los potenciales compradores de vivienda pasa por este segmento de la población. Sucede, no obstante, que la recuperación del sector residencial, tanto en precios, como en volumen de transacciones, está siendo mucho más acelerada que la recuperación de los jóvenes en términos de aumento del empleo y de los salarios. Estos dos ritmos asimétricos están repercutiendo en que la tasa de emancipación de los jóvenes lleve reduciéndose paulatinamente desde el año 2014.

Datos del Consejo de la Juventud de España

Esta situación queda reflejada en el Observatorio de Emancipación que desarrolla el Consejo de la Juventud de España. Según esta institución, sólo el 41% de la población de entre 25 y 29 años ha abandonado la casa de sus padres, mientras que entre los menores de esa edad los emancipados apenas son el 5,9%, una cifra prácticamente testimonial y su número va bajando desde el 2014, pese a que ha aumentado el empleo (pero no así los salarios, los cuales permanecen bajos o en situaciones de gran precariedad).

Respecto al nivel de emancipación según el nivel de estudios alcanzado, la mayor tasa de emancipación la mantienen las personas jóvenes con estudios primarios, un 29,6%, seguidas de aquellas con estudios superiores, cuya tasa es del 27,7%. La menor tasa de emancipación la tiene el colectivo de personas jóvenes con estudios secundarios postobligatorios, situándose en el 14,7%. De forma general, para todos los niveles formativos, la tasa de emancipación es mayor entre las personas jóvenes que no estaban estudiando.

Dentro de los “afortunados” que logran vivir fuera de casa de los padres, entre los jóvenes de 25 a 29 años, el 10,6% tiene ya una vivienda en propiedad sin hipoteca pendiente, mientras que otro 11,3% vive gratis en una vivienda cedida sin coste por sus familiares. Para más información se puede leer este artículo en el que hablamos de cómo pedir un aval bancario para alquiler.

Estos porcentajes se mantienen entre los no tan jóvenes, de entre 30 y 34 años, edad en la que el 40% vive en una vivienda hipotecada y otro 40% en alquiler. Por otra parte, para muchos de ellos, además, la emancipación no supone irse a un piso solo (apenas el 15% lo consigue), ni siquiera vivir en pareja (el 30%), sino compartir piso: el 23% de los chicos de entre 16 y 29 años y el 17,25% de las chicas comparten piso, según el CJE.

Acceso al alquiler por parte de los jóvenes

Según los datos del Observatorio de Emancipación, el precio del alquiler de vivienda continúa aumentando de forma importante. Esto hace que el acceso a la vivienda por esta vía se haya encarecido, en un 17,31% en el caso de los hogares jóvenes y en un 20,15% en el caso de las personas jóvenes asalariadas en solitario. De este modo, el coste del alquiler de vivienda en el primer caso representa ya el 48,3% de los ingresos de un hogar joven y un 85,4% para una persona joven asalariada.

En el caso de la compra de vivienda, el incremento ha sido inferior, de un 1,57%, siendo algo superior, del 2,78% en el caso de la vivienda nueva. Esta leve subida ha permitido que en el caso de los hogares jóvenes se haya reducido un 1,51% el coste de acceso a la vivienda mediante la compra, hasta situarse en un 34,4%. En el caso de una persona joven asalariada en solitario, por el contrario, observamos un incremento del coste del 0,88%, llegando a ser de un 60,8% de sus ingresos.

Pese a todo, la opción del alquiler para los jóvenes sigue en estos momentos siendo más atractiva que el adquirir una vivienda en propiedad. Pues en estos momentos y según datos del CJE, la relación precio medio de la vivienda en España y salario medio de un joven entre 16 y 34 años es de 14,2. Es decir, un joven que empleara todos sus ingresos salariales en pagar una vivienda, tardaría más de 14 años en pagarla. Si en vez de una persona individual pusiéramos el precio en relación a un hogar joven necesitarían 8 años. Más información le puede interesar a este respecto en este artículo sobre cómo comprar una vivienda en pareja.

La dificultad de los jóvenes para poder emanciparse no es exclusiva de España, en otros países este fenómeno se repite. Entre las respuestas que se han puesto sobre la mesa para solventarlo está la colaboración público-privada para la creación de un parque de vivienda de promoción pública para facilitar el acceso de los jóvenes a la vivienda. De esta forma, los gobiernos cumplen con su función de posibilitar el derecho de la ciudadanía al acceso de una vivienda digna, y las empresas inmobiliarias se garantizan que el relevo generacional que sostenga su clientela nacional a medio y largo plazo se lleve a cabo.

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