España es un país de propietarios. Así lo demuestran los datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística. Ocho de cada diez españoles son propietarios de una vivienda. Un alto porcentaje que, si bien disfruta de todas las ventajas que supone tener una casa en propiedad, también debe hacer frente a las obligaciones fiscales que dicha propiedad conlleva.

La cuantía de impuestos de una vivienda variará siempre en función del tamaño de la misma, la localización y la ciudad en la que se encuentre la propiedad. 

Si busca adquirir una vivienda en alguna de las urbanizaciones más exclusivas de Madrid, en Gilmar podemos ayudarle, solo necesita ponerse en contacto con nuestra inmobiliaria en La Moraleja o cualquiera de nuestras otras oficinas y le asesoraremos. 

Impuestos por tener una casa en propiedad

Tener una casa en propiedad no solo supone pagar impuestos a la hora de su compra o de su venta.  Ser propietario implica también pagar anualmente impuestos sobre la vivienda que se suman a los gastos básicos de la misma. Pero, ¿cuáles son los impuestos de una casa?

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Impuesto sobre Bienes Inmuebles (IBI)

El Impuesto sobre Bienes Inmuebles (IBI) es el principal impuesto sobre la vivienda que ha de abonarse anualmente. Se trata de un tributo municipal que grava la titularidad de la propiedad, por lo que debe pagarse incluso aunque la casa esté alquilada o vacía. 

Este impuesto anual de vivienda se calcula en función del valor del suelo y de la construcción que se haya llevado a cabo de acuerdo al valor catastral y las posteriores revisiones. De hecho, este impuesto se toma como referencia para el pago de otros tributos como el de Transmisiones Patrimoniales, que se debe pagar al comprar una casa de segunda mano. 

El encargado de la gestión del IBI es el ayuntamiento de la localidad en la que se encuentra la vivienda, algo que influye directamente en la cuantía de dicho impuesto. Si bien es cierto que se parte de una base común, cada ayuntamiento tiene margen para adaptar lo que cobra a las necesidades que tenga el consistorio. Por ejemplo, es habitual que en ciudades grandes como Barcelona las casas que se encuentran en el centro del área metropolitana tengan un recargo en el IBI frente a las de la periferia con independencia del valor del inmueble.

Tasa de basuras

Otro de los impuestos de una vivienda, aunque este no pueda considerarse un impuesto como tal, es la tasa de basuras. Se trata de una cuota que cobra el ayuntamiento de la localidad para poder cubrir los costes del servicio de recogida de basuras. Aunque es cierto que hay algunos municipios en los que no debe pagarse, la realidad es que en casi todas las grandes ciudades o las capitales de provincia se aplica esta cuota.

Se trata de una tasa para la que no hay un estándar a nivel nacional, sino que depende de cada ciudad. Aun así, en muchas ciudades esta tasa se establece con una tarifa única en función de la zona donde vivan, no importa si la vivienda es grande o pequeña. 

Tasa de agua

Otro de los impuestos de casa, aunque al igual que la tasa de basuras no sea un impuesto como tal, es la tasa de agua. En este caso es un tributo que no se abona en todas las ciudades, sino que suele ser frecuente en las que son destino vacacional, ya que se dedica a financiar la canalización especial que muchas urbanizaciones necesitan para contar con agua corriente.

Impuesto por segunda residencia

En el caso de que se cuente con más de una vivienda es necesario tener en cuenta que deberá pagarse por ella. Esta segunda residencia debe incluirse en la declaración de la renta anual y el propietario debe abonar el pago del valor catastral de la vivienda.

Por norma general en este impuesto anual de vivienda se aplica un 2% sobre el valor catastral del inmueble, pero en caso de que el valor catastral no esté determinado o se haya revisado o modificado por valoración en los 10 años previos se aplica un 1,1%.

Imputación de renta inmobiliaria en el IRPF

Si se da el caso de tener una casa en propiedad pero que esta no sea la vivienda habitual también es necesario abonar este impuesto. En este caso se trata de una imputación de renta inmobiliaria, que representa el dinero que Hacienda asume que se podría obtener si alquilara dicha vivienda vacía. 

Esta figura se creó para evitarlos alquileres a coste cero a familiares o alquileres por renta simbólica.  Este impuesto de casa supone un 2% del valor catastral del inmueble con carácter general, y un 1,1% en caso de que el valor se haya revisado después de 1994.

Impuesto a casas alquiladas

En caso de poseer un inmueble y decidir alquilarlo también resulta esencial pagar impuestos que se establecerán en la declaración de la renta. En ella se deberá especificar la cantidad que se ingresa en concepto de alquiler y permite deducir los gastos que estén relacionados con la propiedad. 

Impuesto sobre el Patrimonio 

Aunque se trata de un impuesto limitado a las grandes fortunas no podemos dejar de mencionar el Impuesto sobre el Patrimonio entre los impuestos de una vivienda. Este se aplica a todas las personas con una base imponible superior a 700,000 euros.

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Impuestos por la venta o traspaso de una vivienda

Como ya hemos explicado, los impuestos que deben abonarse por la propiedad de una vivienda son muy diversos. Sin embargo, si se decidiera su venta esta también estaría sujeta a otros tantos, así como a otros gastos asociados. En conclusión, tener una propiedad supone hacerse cargo de una serie de pagos anuales que el usuario debe poder afrontar.

En Gilmar podemos asesorarle y resolver todas sus dudas respecto a los impuestos que gravan sus inmuebles, así como en las cuestiones relativas a su venta como qué es un certificado energético y cómo puede obtenerse para llevarla a cabo.